Andy, Sofi y el apoyo escolar
Los hermanos Sofi y Andy llegaron al apoyo escolar tomados de la mano y acompañados por sus mamás, se sentaron, sacaron sus cuadernos y sus cartucheras y me contaron que estaban en primer grado.
Las mamás se acercaron y me expresaron sus miedos: “No aprenden, no saben leer y escribir”. Como el espacio no era el mejor para esas conversaciones quedamos en hablar a la salida del apoyo.
Comenzamos a jugar escribiendo. De a poco se fueron soltando. Nos divertimos los tres. Era una escena muy dulce; me miraban y se miraban de reojo. La escritura comenzó a ser un ingrediente más de la situación que habíamos creado. Aparecían las sonrisas y se iban las caras serias.
En un momento determinado abrimos los cuadernos porque tenían tarea de la escuela para hacer. Encontramos unas fotocopias pequeñas, pegadas una debajo de la otra, con dibujos de animales. Al lado de cada una estaba el renglón vacío y la actividad consistía en escribir qué animal era. Buscamos libros en la biblioteca con esos animales, ‘googleamos’ y encontramos fotos y videos.
Y comenzó la aventura de escribir más allá del mensaje de la escuela, de lo que las madres creían y de lo que los propios chicos repetían. Más allá o más acá de todo eso, comenzamos a escribir. Fue un hermoso proceso: me miraban con dudas, decían letras para ver si encontraban la adecuada, hablaban entre ellos, observaban sus cuadernos, me preguntaban.
Llegamos al fin de la hora del apoyo escolar con casi toda la tarea completa. Había nombres de distintos animales escritos de acuerdo a la hipótesis silábica (una letra por sílaba, ej.: MIPA). Felices ellos, feliz yo.
Salimos, les contamos a las mamás lo que había sucedido, cómo había sido el proceso y cuáles los logros.
A la semana siguiente, llegaron al apoyo escolar y abrí sus cuadernos para mirar las últimas actividades y encontré la actividad de la escritura de los nombres de los animales, toda borrada. No quedaba ni una palabra escrita. Nada de nada.
A la salida pregunté a las mamás qué había pasado y no recordaban.
A veces pasa, a veces sucede. Pero aquí estamos para acompañar, ayudar y creer en nuestros niños y niñas.